Cuando no se contaba con la radio, con la televisión, las familias se congregaban alrededor del abuelo, de los papás, de tíos para escuchar relatos, leyendas que de generación en generación se venían transmitiendo, que versaban sobre algunos hechos corregidos y aumentados gracias a la imaginación de los que gustaban hacer esos relatos.
Hubo cuentistas que sin tener estudios literarios, por su imaginaciòn recreaban con sus cuentos a los hijos, a los nietos, en los velorios. así se recuerda a don Prudencio Aguilar, de quien se dice los cuentos de tío Prude.
El platicón de don Bucho Valerio, quien no podía estar callado por esta contando cuentos, chismes, algo que sucedión en el pueblo. En Juan Crispín es famoso todavía Luis Toalá, quien puede estar contando toda una noche cuentos macabros de brujas y espantos.
Varias son las leyendas que se cuentan a lo largo y ancho del Estado, con la gracia y lenguaje propio de nuestra tierra, que se irán contando en esta página.
Hubo cuentistas que sin tener estudios literarios, por su imaginaciòn recreaban con sus cuentos a los hijos, a los nietos, en los velorios. así se recuerda a don Prudencio Aguilar, de quien se dice los cuentos de tío Prude.
El platicón de don Bucho Valerio, quien no podía estar callado por esta contando cuentos, chismes, algo que sucedión en el pueblo. En Juan Crispín es famoso todavía Luis Toalá, quien puede estar contando toda una noche cuentos macabros de brujas y espantos.
Varias son las leyendas que se cuentan a lo largo y ancho del Estado, con la gracia y lenguaje propio de nuestra tierra, que se irán contando en esta página.
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